¿Por qué lo hacemos?

Este propósito nació hace mucho tiempo con la educación que nos dieron nuestros padres.


Siempre nos inculcaron el amor por los animales y la naturaleza. Mi papá era una de esas personas que andaba con pañuelitos siempre por si se encontraba un perrito callejero poder limpiarle un poco los ojos y las orejas. Amaba los perros callejeros :sweat_smile: decía que eran los más felices. Que no tenían una casa sino mil. Y también rescató algunos que sentía que lo necesitaban.


Mi mamá, totalmente de oficina se dejó influenciar por mi papá y ahora el amor que le tiene a la naturaleza y a los animales sobrepasa todo.


Tuvimos una finca con todos los animales posibles siempre en libertad y cuando decíamos que queríamos otro, nos decían, todavía no. Si vamos a traer otro, que sea porque estará mejor que donde está ahora.


Nosotros, los niños que todos los fines de semana disfrutábamos en una finca con animales, levantándonos a hacer las "tareas" del campo y quienes tal vez, nos bañábamos solo un par de veces en todas las vacaciones.


 

Hace algunos años mi hermano y yo sentíamos que debíamos y queríamos devolver algo a la naturaleza. Algo de todo lo que nos había dado y de lo felices que fuimos gracias a ella. Ambos sentíamos una afinidad por los elefantes, los viajes, y en general por todos los animales, así que desde el inicio dijimos que sin importar lo que hiciéramos, iba a tener un propósito con los animales.


Creadores


Desde pequeños nuestros padres nos enseñaron a amar y respetar la naturaleza sobre todas las cosas. Así que fuimos creciendo y nos dimos cuenta que el sentido de la vida no estaba únicamente en trabajar para ganar algún dinero y vivir «bien». Sentíamos que nos hacía falta algo, nos sentíamos en deuda con la naturaleza que tanta felicidad nos da y empezamos a buscar cómo podíamos aportar algo. Hicimos varios viajes donde nos conectamos -más de la cuenta- con la naturaleza y nos dimos cuenta que por ahí encontraríamos nuestro propósito de vida.


 Un día nos encontramos con la triste realidad de la mayoría de elefantes en el mundo y supimos que debíamos hacer algo, cambiar algo, aportar algo. Así empezó este sueño, no por nosotros, por ellos.

Maria del Mar Quiceno

Esteban Quiceno